Vivimos en un mundo rodeado de mentiras. En un mundo lleno de ambición, lleno de deseos de riqueza material, y con una gran falta de riqueza espiritual. En un mundo donde los verdaderos significados están muy desvalorizados y lo único que le importa al ser humano es su propio poder y su propio bien. En un mundo donde nadie respeta lo que realmente importa en ésta vida: La necesidad de ser libre, la naturaleza, el aire puro, la amistad, el amor, la paz interior y el arte.